Una trayectoria personal me ha cambiado la vida.

Profesionalmente, soy ingeniera y me he dedicado tanto a la programación como a la gestión de proyectos.

Tengo tres hijos, Siena (2012), Nord (2016) y Elna (2018). Siena murió con dos años después de un año luchando contra la enfermedad. Es durante este proceso de la enfermedad y, en el duelo de su pérdida, que me di cuenta que quería dedicar mi vida a cuidar de las personas. Nació en mi la necesidad de ayudar a la gente y dejar de lado la tecnología.

Antes de nacer Nord ya me planteaba la profesión de doula. Una vez había nacido, y habiendo tenido una doula acompañándome en el posparto, me decido a hacer el curso y cambiar definitivamente de profesión. Mi posparto fue tan diferente del primero, tan bonito, que entendí cual era mi Norte (Nord) profesional y vital.

La maternidad de Elna y la energía de cada persona.

Realizando el curso de doula me quedo embarazada de Elna. Veo como mi vocación se gesta al mismo tiempo que mi tercera hija, a quien le doy el nombre de Elna como homenaje a la Maternidad de Elna, la maternidad del sur de Francia que salvó la vida de tantos bebés y tantas madres refugiadas de la guerra civil española. Y todo ello en un entorno de ternura, respecto y cura integral de las mujeres que allí daban a luz.

Mi preocupación por la vida y salut de las personas empezó mucho antes. Desde jovencita practico reiki y, con el título de naturopatía que obtuve en 2016, he aprendido a trebajar con flores de Bach y aceites esenciales.

Combino estas técnicas para hacer trebajos de sanación sobre el campo energético de la persona que afectan positivament a nivel físico.